Infiltrados

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“David le ganó a Goliat”, referenciaría algún relator de escaso poder imaginativo. La verdad es que hoy, el cuscús condimentó la paella. Hoy, la corona se perdió en la arena.

Marruecos derrotó a España en la penúltima llave de 8° de final de la copa del mundo Qatar 2022, asegurando así, su paso a cuartos de final. Etapa en la que enfrentarán a Portugal, quien doblegó a Suiza 6-1.

España pagó caro el poco atrevimiento. A pesar de que tuvo la mayor posesión de balón (77%), su juego escaseó de chispa, y no renunció al sistema pragmático de posesión ensimismada y traslados horizontales.

Marruecos, por su parte, hizo lo suyo siguiendo el juego del campeón del mundo. Con paciencia de monje tibetano esperó que los españoles adormecieran el balón, hasta que el cronómetro marcara los 90” y luego, con lo que quedaba de nafta, aguantar el tiempo complementario

En el primer tiempo, un tiro libre de Hakimi, para los marroquíes, hizo que los más de 40.000 espectadores se tomaran los pelos. Aunque la repetición confirmaría que la pelota pasó metro y medio sobre el travesaño.

El Education City Stadium, fue testigo de cómo los españoles, (que hoy vestían de celeste), daban 1020 toques al balón; mientras que, los pies marroquíes, hicieron su mejor esfuerzo con 304.

Durante el tiempo de juego, ofrecieron un fútbol escaso de emociones, lo cual se vio reflejado en el marcador final (0-0). El primer tiempo tuvo 4 llegadas. 3 para la península y 1 para la ribera sur del estrecho. Las 3 llegadas españolas fueron remates al arco que rebotaban en el bosque de canillas marroquíes. Los africanos, en tanto, registraban solo el tiro libre de Hakimi.

El segundo tiempo fue similar al primero. España registró llegadas al arco rival con tiros de esquina faltos de sabor. Marruecos, por su parte, aprovechaba algún rebote en campo propio, e hilvanaba contragolpes fantasmas, con el único objetivo de alejar la pelota de su área.

Ambos técnicos realizaron sustituciones casi terminando los 90”, spoileando un tiempo extra que inevitable llegaría. Así, aprovechaban el cambio extra que otorga el alargue.

En la prórroga de 30 minutos, ambos elencos consiguieron 1 jugada de peligro. Cheddira, para los africanos, tuvo una inmejorable opción de gol frente al portero Simón, sin embargo, le pegó con la sopa de letras y su disparo fue a dar a los pies del español. Casi al terminar el tiempo agregado, Sarabia apareció por la izquierda del área chica, pero su tiro cruzado abolló el segundo palo. Bono, portero marroquí, quien luego sería protagonista, miraba de rodillas como sus plegarias se cumplían y la pelota se alejaba por la línea lateral.

 

Así llegó la tanda de penales. En España fallaron todos (Sarabia, Soler, Busquets), aunque decir fallaron es algo mezquino. Tal Claudio Bravo, Bono atajó los 3 penales españoles. Con una técnica digna de fútbol amateur: Dio pasos cortitos para un lado y otro, escondiendo hasta último momento el palo que elegiría.

Por su parte, Marruecos convirtió los 2 primeros (Sabiri y Ziyech), falló el 3° (Benoun); y Hakimi la picó a lo Alexis, para llevar a su selección por primera vez a cuartos de final en una cita planetaria.

De nada le sirvió a España su juego de toques pendulares. Marruecos gestó bien un partido difícil en el papel, supo esperar y aguantó la marea española durante 120 minutos. Luis Enrique apostó por los penales haciendo ingresar a Sarabia, quien tenía 100% de efectividad desde los 12 pasos (13 de 13). Sin embargo, en esta copa del mundo, donde grandes moles han caído, España no fue la excepción y adelantó sus vacaciones pensando en el recambio del equipo, con miras al mundial norteamericano del 2026.

Marruecos, por su parte, se convirtió en la primera selección del mundo árabe en avanzar a cuartos de final de una copa del mundo. Contra todo pronóstico técnico, romántico y ludópata (6,5 v/s 1,6), supieron leer el juego rival. Apostaron por la paciencia y la resistencia física de sus jugadores. Un desgaste físico que le podría pasar la cuenta el próximo sábado, cuando enfrenten en Doha a Portugal.

Tienen 4 días de descanso, 4 días para saborear este triunfo con gusto a hazaña. David venció a Goliat, los inmigrantes derribaron el castillo.

La costa sur del Gibraltar brindará hasta el amanecer. Tal vez, alguna balsa en medio del océano decida volver a celebrar con los suyos. Aunque, la mayoría seguirá su rumbo, buscando oportunidades donde no se conozca el hambre. Otros menos afortunados, mirarán el reflejo de la luna, para ver como el rey fue destronado.

La copa del mundo sigue su paso, 8 equipos siguen en pie buscando quedarse con el trofeo. Brasil es el favorito, cerquita le siguen Francia y Argentina.

Marruecos se infiltró en una fiesta a la que no estaba invitado. Entró con traje de etiqueta, observando todo. Analizando como cortar otra cabeza, para seguir con vida.

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