Odio el otoño
como odio extrañar, el olvido.
Algo demuestra en mí
dice la terapeuta,
pero ella no sabe
cuánto odio el otoño.
El té se toma a oscuras
Las mañanas son más frías.
Y debo tomar,
es cierto, no debo.
Pero quién dice lo que es correcto
cuando ha vivido en el error.
Odio tanto el otoño
que nada crepita en mí,
ni la chimenea
ni las hojas
ni los latidos.
La gente en la calle, cabizbaja,
sin un ápice de vida
mira el suelo
como contando hormigas.
No los culpo
no son ellos
es la estación,
el tren no debería parar aquí.
Guardar el bikini en el armario,
comprar más mate.
Son faenas ingratas
Para los antagonistas del libreto.
Ayer recibí tu llamada
marzo 21 anunciaba calendario.
Empezaba el ritual,
ese del armario.
El celular cayó de mis manos,
creo de la impresión.
Se quebró la pantalla
como todo lo que tocas en mí.
Te odio otoño
porque no eres nada.
Pero no puedo odiar
dice la terapeuta.
El odio trae más odio
y eso es verdad.
Decidí quererte un poco
encontrarte,
valorarte.
El FODA fue complicado
pero aquí va:
Querido Otoño
Eres:
Un grito en mute,
un abrazo manco,
la brisa que enfría el té,
la fogata que enciende la guitarra.
Un comentario
Amigo, eres el mejor, sigues de pie como un árbol de otoño.
Feliz marte