Carmesí
¡Tacatá, tacatá, tacatá! Las ruedas del tren marcan el ritmo, como un baterista de grupo metalero. En la mochila, la colación sigue intacta. El olor del arrollado-palta insiste en engatusarme, pero la abuela Lucía dice que no hay que comer con pena. Que una miga de pan se te puede atragantar, y que, por andar […]