Una aguja enhebrada en mis sueños
la canción que recuerda a la muerte
La piscola que no tomaría
y que ahora me mira
nadando entre los hielos de tu indiferencia
Tus llaves dejaron de hacerle a mi abrazo
Mi piel busca siempre tu pelo
en alguna barra vacía del puerto
despertando en la almohada de otro perfume
El crujir de la escalera extraña tus pasos
ya no hay café que apague la hoguera
Si dijiste nunca más
¿Por qué dejaste la puerta entreabierta?
Odio no siento
La rabia la olvido
Mi amor siempre fue honesto
El tuyo siempre compartido
Perder hace sentido cuando no conoces las reglas
Fui banco en la Gran Capital y quedé pato
Me ganaron al Uno y en la mano tenía un +4
Jugué fútbol con pelota cuadrada
También baloncesto, sin una cesta
Fui campeón de esgrima, con cuchillo mantequillero
Navegué por el desierto buscando las ballenas
Y tú sonreías…
Sabiendo
que cualquier esfuerzo sería en vano…
el segundo lugar me esperaría
de un lado labios compartidos
del otro, mariposa traicionera
juraste que era tu primavera
y tu amor se lo llevó un soplido
Protagonista de este cuento
la mentira y sus patas cortas
La verdad escapó de las cloacas
el llanto la esperó con una torta
Ciertas historias suelen terminar
otras trascienden a esta vida
Nunca me gustaron los “por siempre”
tampoco los finales egoístas
La mañana abortará mi sonrisa
la noche parirá la nostalgia
Entre llantos encontraré la respuesta
de la inocencia impregnada en mi alma
Si no creyera en la esperanza
el dolor sería tolerable
Un zancudo a medio lomo de la yegua
Una Coca en lata para sedientos de este mundo