La bebida azul sostiene
el vaivén de mi cabeza
la garganta una represa
y la muerte que no viene
Despreocupo de la higiene
nunca más he prometido
pocas veces recaído
Llego y siempre solo es una
y repito que es ninguna
cuando me abraza el olvido
Me dio el aire de las doce
no la décima piscola
mi sequía no controla
los dos hielos con el goce
El espejo desconoce
mi respiro alborotado
no recuerdo haber llegado
tengo el celu y la tarjeta
la costilla está completa
un ceviche en el mercado
La rodilla sobrecargo
después del primer corrido
Del acerbo me despido
la sonrisa siempre alargo
cuando disfruto un amargo
coloreo mis cachetes
Ya no tengo veintisiete
la cordura da chispazo
Rifo risas y un abrazo
soy el último grumete